Ouvrez vos yeux, le monde est là.

jueves, 4 de octubre de 2012

Historia de un sueño.

Abrió los ojos. Se dio cuenta de que se había quedado dormida. Maldito despertador. O maldito sueño. Se había pasado toda la noche dando vueltas en la cama. Dormía sola desde hacía mucho ya y sentía una congoja interior que no conseguía descifrar. ``No te preocupes´´ se decía, ``estamos pasando por una mala racha, ya cambiará´´. Eso era lo que se decía, pero no hacía nada por cambiar su situación. Salía a la calle inmersa en sus propios pensamientos, miraba a a gente que le hablaba y se limitía a asentir mientras no pensaba en nada. ``Solo necesito dormir´´. Pero nunca dormía suficiente. Y cuando quería hacerlo, no podía. Los días, las semanas, los meses y los años iban pasando así. Llegaba a casa después de un día agotador y no tenía a nadie con quien hablar de qué había estado haciendo. No tenía a nadie, pero tampoco intentaba cambiar ese nadie por amigos y eliminar el no de su vocabulario. Ese día se vistió corriendo, desayunó acelerada, se le derramó la leche y tuvo que volver a cambiarse. ``No llego a tiempo´´. Se lavó los dientes y entonces, cuando se vio en el espejo, no vio a esa muchacha joven que había comenzado una nueva vida en aquella nueva casa hacía unos años. Veía a una anciana desconocida con arrugas en sitios en los que jamás pensó que alguien pudiera tener. Intento fijar la mirada en sus ojos, parecían cansados, agotados, a punto de expirar. No pudo aguantar mucho. Corrió por el pasillo y salió de la casa. No había nada. Su vida había pasado y no había hecho nada. Todo estaba vacío, hasta su corazón. Entonces abrió los ojos. Todavía no había sonado el despertador. Estaba a tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario